La crisis de aprobación de Dina Boluarte y los desafíos para el Gobierno
La gestión de la presidenta Dina Boluarte cierra el año 2024 con un porcentaje de aprobación alarmante: tan solo 3%, el nivel más bajo registrado hasta la fecha. Esta cifra, que refleja un rechazo de más del 90% por parte de la ciudadanía, destaca la profunda crisis de gobernabilidad que atraviesa el país. En regiones clave como el centro y sur del país, la aprobación de Boluarte apenas alcanza el 1% y 2%, respectivamente. Mientras tanto, la desaprobación se extiende a niveles inéditos, con un creciente malestar entre los peruanos hacia su gobierno y sus acciones.
En una entrevista reciente, el analista político Enzo Elguera abordó esta crisis, destacando la gravedad de la situación. Según Elguera, el rechazo hacia la presidenta refleja no solo un descontento generalizado, sino también una “decepción sobre el manejo del país”, especialmente entre aquellos que sienten que las autoridades se muestran indiferentes a los problemas reales de la población. La situación es aún más complicada considerando que el gobierno de Boluarte ha recurrido a recursos como el foro APEC y el proyecto del megapuerto de Chancay, sin lograr mejorar su relación con la ciudadanía.
“En la política peruana, no hay coincidencias”, comentó Elguera, refiriéndose a la creciente polarización y el uso de estrategias poco eficaces para recuperar la confianza de la población. Para el analista, la insistencia en una postura confrontacional por parte de la presidenta solo ha generado más distancia con el pueblo. “Cada vez más, su actitud y su accionar con soberbia la alejan muchísimo más de la población”, agregó.
Por otro lado, la aprobación de su gabinete ministerial también ha caído de manera dramática. El rechazo hacia el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, ha aumentado significativamente, lo que agrava aún más la percepción de incapacidad de la administración para abordar los problemas más urgentes del país.
A lo largo de la entrevista, Elguera resaltó el riesgo que representa esta “soledad histórica” para Boluarte, que ha sido rechazada por amplios sectores de la población, y la falta de una respuesta efectiva ante la crisis. Según el analista, 2025 se perfila como un año aún más complicado para la presidenta si no toma decisiones radicales que incluyan un cambio significativo en su gabinete y una estrategia política más coherente con las demandas de la ciudadanía.