Más de 2 millones de jóvenes peruanos entre 18 y 21 años se preparan para participar por primera vez en unas elecciones generales en 2026, según cifras proyectadas por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Este nuevo electorado enfrentará una serie de retos significativos, desde la sobrecarga de información política hasta la desconfianza en la clase política y los efectos de la desinformación en las redes sociales.

Sobrecarga informativa y una oferta electoral amplia
Uno de los mayores desafíos será manejar la gran cantidad de información y candidatos. Con 68 partidos políticos potencialmente en competencia, los jóvenes tendrán que discernir entre un mar de propuestas y candidatos. La politóloga Katherine Zegarra resaltó que la amplitud de la oferta política hace que sea casi imposible revisar cada plan de gobierno y antecedentes de los candidatos. En la misma línea, Richard Tapia, presidente de la Sociedad Peruana de Consultores Políticos (SOPECOP), advirtió sobre la “sobrecarga informativa” a la que estarán expuestos estos nuevos votantes, lo cual podría sobrepasar su capacidad de análisis y elección informada.

El impacto de la desconfianza en la política
El analista Enzo Elguera,, además CEO de Imasolu, destacó un riesgo fundamental: la creciente desconfianza en la política podría influir negativamente en los jóvenes votantes. “Siendo el voto meramente emocional, que si ellos se conectan únicamente por esta asociación y el personaje político les falle estando en el poder, que es algo que el público adulto y mayor está acostumbrado, finalmente vamos a terminar teniendo una generación más perdida y decepcionada del sistema político”, explicó Elguera. La falta de cumplimiento de promesas de campaña y la percepción de corrupción y oportunismo en los políticos refuerzan este desencanto y pueden marcar la primera experiencia electoral de muchos jóvenes.

Desinformación y retos digitales
La desinformación es otro desafío clave, particularmente con el uso creciente de herramientas de inteligencia artificial para manipular información. Zegarra enfatizó la necesidad de una educación en discernimiento crítico, ya que los jóvenes estarán expuestos a noticias falsas y suplantaciones de identidad de candidatos en plataformas digitales. Este ambiente puede distorsionar la percepción política y dificultar la toma de decisiones informadas.

Participación activa y educación cívica
A pesar de estos obstáculos, los expertos coinciden en que los jóvenes tienen el potencial de ser agentes de cambio en la democracia peruana. Enzo Elguera resaltó la importancia de que los jóvenes se involucren más allá del sufragio: “La participación, no solamente que puedan tener a través de partidos políticos, sino a través de otras opciones como las institucionales. Esto los va a empoderar lo suficiente para saber que, de la mano del conocimiento, sí se pueden hacer cambios en el país”, expresó. Este empoderamiento requiere fortalecer la educación cívica y promover el acceso a información veraz y objetiva.

El papel de la tecnología en el compromiso electoral
Rober Villalva, consultor político, señaló que la generación que votará en 2026 tiene una notable capacidad de manejo de plataformas digitales, lo que puede ser un arma de doble filo. Por un lado, les permite acceso inmediato a información y participación activa en debates políticos; por otro, los hace más vulnerables a contenido superficial o sensacionalista. “Hoy hay políticos que están entreteniendo a la juventud a través de las redes sociales, pero el contenido informativo y relevante es el que realmente puede captar su atención y fomentar una ciudadanía informada”, agregó Villalva.

Conclusiones y perspectivas
El 2026 marcará un hito en la participación de jóvenes peruanos en el proceso electoral, con desafíos importantes pero también con oportunidades para influir en la construcción de una democracia más sólida y representativa. Como agentes de cambio, su papel será clave en un contexto político marcado por la incertidumbre y la necesidad de renovación.