En su más reciente entrevista, el presidente Pedro Castillo revela que no se siente preparado para el cargo que ocupa y que su experiencia ha sido un proceso continuo de aprendizaje. “Yo nunca pasé por una luna de miel, el Perú no es una escuela para aprender a ser presidente”, afirma, reconociendo que cada día en el cargo implica un reto y una lección. Este enfoque sugiere que ve la presidencia no solo como una responsabilidad, sino también como una oportunidad para corregir errores.

La ministra de Cultura, Gisela Ortiz, se hace eco de estas declaraciones, resaltando que la vida en Perú es una “escuela” para todos sus ciudadanos. Sin embargo, advierte que la idea de “prueba y error” en la gestión gubernamental puede resultar peligrosa, indicando que el país no puede permitirse el lujo de ensayar políticas sin consecuencias.

Desde la perspectiva del analista político y CEO de Imasolu, Enzo Elguera, este mensaje podría interpretarse como parte de una estrategia comunicacional de Castillo para conectar con la población, al admitir sus errores en la gestión. Sin embargo, se señala que esta postura de victimización podría tener un límite y que su efectividad podría estar en declive.