El peso de las cabezas de lista en el nuevo Congreso bicameral
El regreso al sistema bicameral redefine el escenario electoral, exigiendo estrategias más sólidas para la conformación de listas parlamentarias. Sin embargo, un fenómeno que marca este proceso es la alta rotación de candidatos: más de la mitad de los líderes de listas del 2021 han abandonado sus partidos, lo que refleja la volatilidad política y la falta de estructuras partidarias sólidas.
Enzo Elguera, analista político y CEO de Imasolu. menciona que, con el regreso del Senado, los primeros lugares en las listas congresales de Lima serán más decisivos que nunca al ser la plaza más grande y por su influencia en la representación nacional
La fragmentación partidaria y la volatilidad electoral
El sistema político peruano se caracteriza por una alta fragmentación y volatilidad. Según el análisis de El Comercio, el 51% de las cabezas de lista del Congreso 2021 han renunciado a sus partidos, evidenciando la inestabilidad de las agrupaciones. Algunas, como Podemos y Perú Libre, han perdido a más del 60% de sus líderes de lista, lo que plantea interrogantes sobre la solidez partidaria de cara a las elecciones de 2026.

La importancia de la conformación de listas en el nuevo Congreso
Con la reintroducción del Senado, la estructuración de las listas congresales cobra una relevancia estratégica. Los partidos no solo deben asegurar representación en la Cámara de Diputados, sino también en el Senado, lo que amplifica el peso de las cabezas de lista en Lima, la cual es una circunscripción clave.
Los primeros nombres y sus implicancias políticas
Diversas agrupaciones ya han comenzado a definir sus principales postulantes. Acción Popular postularía a Julio Chávez para la Cámara de Diputados y a Víctor Andrés García Belaunde para el Senado nacional. Avanza País apuesta por Adriana Tudela y Fernán Altuve Febres, mientras que Renovación Popular evalúa opciones como Fabiola Morales y las ex procuradoras Katherine Ampuero y Yeni Vilcatoma.
La selección de estas figuras marcará el tono de la contienda electoral, en un contexto donde la fragmentación y la volatilidad seguirán siendo factores determinantes.